Las advertencias de analistas e inversores acerca de una nueva recesión se pueden constatar observando diez variables económicas concretas en EEUU y la UE
En las últimas semanas se ha disparado el temor a una nueva recaída económica global tras constatar la fuerte desaceleración que registran las grandes potencias.
Bancos como Morgan Stanley, JP Morgan y Citigroup han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía mundial para 2011 y 2012, alertando del creciente riesgo de recesión en EEUU y Europa. En este sentido, existen varios indicadores que avanzan esta posibilidad en caso de que se mantenga la actual tendencia.
Empezando por EEUU, destaca la reciente evolución de la tasa de velocidad de la M2 (masa monetaria a corto plazo) para observar el volumen de dinero disponible en circulación. La cuestión es que desde 1950 la velocidad de la M2 (transacciones) siempre ha caído poco antes de una recesión. Así, por ejemplo, este índice se recuperó ligeramente en 2009 tras desplomarse en 2007 y 2008. Los últimos datos disponibles de la Reserva Federal (FED) muestran una nueva recaída a partir de la segunda mitad de 2010.
Sin embargo, más allá de los indicadores monetarios, destacan las recientes señales de debilidad en la economía real estadounidense. El ECRI (por sus siglas en inglés) es una de las variables oficiales más empleadas para tomar el pulso al PIB de la primera potencia mundial.
No en vano, desde 1960 el ECRI nunca se situó por debajo de cero sin que la economía sufriera después una recesión. Este índice se situó en cero al inicio de la denominada Gran Recesión, y continuó cayendo para luego recuperarse. Sin embargo, desde finales de 2010 muestra nuevamente una tendencia bajista.
El índice de actividad manufacturera de Philadelphia cayó 30,7 puntos en agosto, tras repuntar 3,2 en julio. Se trata del nivel más bajo desde marzo de 2009. Desde 1960 nunca ha caído por debajo de cero sin que la economía entre en recesión.
El índice muestra una marcada desaceleración desde la segunda mitad de 2010 y, en la actualidad, se sitúa en tasas negativas.
Algo similar sucede con el índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan.
Durante la crisis de 2008 se desplomó 40 puntos, y desde la segunda mitad de 2010 ya acumula un descenso de 20 puntos.
El conocido analista estadounidense David Rosenberg ha elaborado un indicador compuesto que engloba estas dos últimas variables (actividad manufacturera y confianza del consumidor).
El gráfico apunta claramente al elevado riesgo de recesión en EEUU.
Otra señal de alarma es la propia evolución del PIB. A falta de confirmarse el crecimiento del segundo trimestre, la economía estadounidense muestra claras señales de desaceleración, con una avance inferior al 2% interanual, según las primeras estimaciones.
¿Problema? Cuando el PIB se desacelera hasta niveles por debajo del 2% es síntoma de que la temida recesión está a la vuelta de la esquina, según muestran experiencias pasadas.
Asimismo, una vez descontada la inflación, el PIB ya ha entrado en terreno negativo.
Por su parte, el afamado inversor John Mauldin se basa en un índice compuesto por múltiples indicadores económicos (The Streettalk/Mauldin Economic Output Index) para asegurar el alto riesgo de recesión que amenaza a EEUU.
Cuando cae por debajo de 30 indica que la economía ha entrado en recesión o está a punto de hacerlo. Este particular índice compuesto muestra una elevada correlación con la evolución del PIB y el LEI (principales indicadores económicos).
El gráfico destaca el fuerte repunte que experimentó dicho índice tras la puesta en marcha de los dos programas extraordinarios de compra masiva de activos por parte de la FED (Quantitative Easing). La última expansión cuantitativa de la FED finalizó el pasado junio.
Debilidad de la zona euro
Por último, el indicador de confianza en EEUU que elabora el prestigioso instituto de análisis germano IFO acaba de registrar nuevamente números rojos desde mediados de este año. Pero no sólo en EEUU sino también en la Unión Europea.
La economía de la zona euro se ha desacelerado con fuerza en los últimos meses, sobre todo, tras el estancamiento de Alemania y Francia, las grandes locomotoras del continente.
Como resultado de todo ello, el IFO concluye en su última encuesta empresarial que la confianza en la economía mundial ha empeorado notablemente en este tercer trimestre del año.
Los empresarios consultados en la encuesta ven tanto la situación actual como las perspectivas a medio plazo de forma más desfavorable que en el segundo trimestre. En concreto, el índice IFO bajó de 107,7 puntos en el trimestre anterior a 97,7 puntos en el actual.
Fuente: M. Llamas. Libertad digital
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