IKEA, una historia de éxito

El creador de la cadena, Ingvar Kamprad, supo crear un nuevo concepto del mueble y una empresa de éxito prácticamente de la nada.
La tienda de muebles más conocida del mundo cuenta con más de seis décadas de historia. Todo comenzó en los bosques del sur de Suecia en 1943, cuando su fundador, Ingvar Kamprad, tenía diecisiete años. Siendo niño vendía cerillas a sus vecinos y se dio cuenta que comprándolas al por mayor, aunque las vendiese a precios bajos, obtendría beneficios.
El padre de Ingvar le dio algo de dinero por ser buen estudiante y éste lo destinó a iniciar su propio negocio. En 1946 IKEA vendía bolígrafos, carteras, marcos para cuadros, tapetes para mesas, relojes, joyas y medias de nylon. El nombre y los colores de IKEA no son casualidad. Está formado por las iniciales de su fundador (I.K.), más las primeras letras de Elmtaryd (E) y Agunnaryd (A), la granja y el pueblo donde creció, y los colores son los de la bandera Sueca.
Aunque parezca extraño, los muebles no aparecieron hasta el año 1948. Los realizaban fabricantes de la zona y tuvieron una gran acogida, por lo que comenzó a vender muebles a mayor escala mediante el uso de un catálogo a partir de 1951. IKEA continuaba escribiéndose con tilde (Ikéa) por esos años. Entonces se dio cuenta, con el éxito del primer mueble que vendió a través del catálogo, de que su futuro era convertirse tan sólo en comerciante de muebles.
El concepto IKEA, tal y como lo conocemos en la actualidad, tuvo su inicio en 1953, cuando se abrió la primera exposición de muebles en Älmhult (Suecia). Levantar su primera tienda le costó 600.000 coronas, el primer millón lo ganó rápidamente y en 1954 la facturación ya superaba los tres millones de coronas. Ya en 1955 se imprimían medio millón de ejemplares de catálogos; a día de hoy su tirada sólo se puede comparar con la Biblia.
El boicot de sus competidores
Desde aquel momento clave en su idea de negocio, los clientes pueden ver y tocar todos los muebles y productos de decoración para el hogar, pero la creación de este nuevo concepto en la venta de muebles no fue un camino de rosas. De hecho, la idea surgió como consecuencia de la lucha de precios entre la sueca y su principal competidor. Al bajar los precios, ambas empresas percibían cómo sus productos pierden credibilidad en el mercado. Además, el que los usuarios pudiesen ver y tocar los productos hizo que tuviesen una idea de la relación calidad-precio existente entre ellos. Los comerciantes y fabricantes de muebles se veían amenazados por esta nueva firma de precios baratos.
La competencia boicoteó en numerosas ocasiones a Ingvar Kamprad mientras comenzaba a construir su imperio del mueble. Incluso le vetaron en las ferias del mueble más importantes de la región; ni siquiera como particular le permitían el acceso a las mismas. Sus competidores ejercían una especial presión sobre los productores de IKEA hasta el punto de que la Asociación Nacional de Comerciantes de Muebles hizo llegar a los productores una circular: "Si le vendéis a IKEA, dejaremos de compraros". Fueron pocos los fabricantes que no cedieron al chantaje y siguieron colaborando con Kamprad.
Estos años fueron realmente complicados y los pocos productores que decidieron lealmente continuar haciendo negocios con IKEA tuvieron que actuar de una manera prácticamente secreta. Entregaban los pedidos por la noche, a direcciones inventadas, como si se tratase de algo ilegal y en un clima de gran hostilidad, pues si eran descubiertos por el resto de comerciantes de muebles perderían clientes.
Estas dificultades, lejos de diezmar la confianza y entusiasmo empresarial de Kamprad, fue lo que le llevó a decidir diseñar sus propios muebles (aunque hay que destacar que IKEA no fabrica los muebles sino que cuenta con miles de colaboradores). La empresa sueca se reinventaba constantemente con ideas a priori sencillas que lograron abrirle un hueco en el mercado. Comenzó a abrir tiendas por toda Escandinavia; más tarde Suiza, Dinamarca y Alemania (es su mayor mercado); llegó a Canadá y, posteriormente, le tocó el turno a Austria; y así hasta conseguir estar presente en 44 países, con más de 123.000 colaboradores y con unas ventas anuales que superan los 21.500 millones de euros.
El automontaje
Una de las claves del éxito de IKEA reside en sus precios bajos, basados en su política de ahorrar costes. El estudio de los paquetes planos comienza cuando uno de los primeros colaboradores de IKEA quitó las patas a la mesa LÖVET para que cupiera en un coche y no se dañara durante el transporte. Con el paquete plano no sólo se conseguía ese fin, también se lograba llenar los camiones con más productos y rebajar los costes en todos los procesos de producción, trasladándo finalmente este ahorro a los precios de venta. Tras este descubrimiento, los paquetes planos y el automontaje pasaron a formar parte del concepto clave de IKEA.
Restaurante IKEA y zona infantil
Otra peculiaridad de estas macrotiendas de muebles es su restaurante de comida típica sueca y una zona destinada para niños. El primer restaurante IKEA abre en 1961 en la tienda de Älmhult (Suecia). La comida típica de la región al estilo Smaland comenzó con el clásico menú de salchicha de cerdo y sémola con patatas cocidas en su salsa blanca, o las tan conocidas por todos albóndigas con arándanos, que todavía podemos encontrar en sus establecimientos.
Otra novedad en sus tiendas fue la incorporación de una zona de juegos para los niños, que siempre se encuentra en la entrada con las típicas bolas de colores. De hecho, si algún franquiciado en la actualidad no quiere incluirlas es necesario que lo justifique con una excusa de peso, pues forma parte del concepto IKEA.
Filosofía IKEA
El espíritu IKEA consiste en que sus productos puedan responder positivamente a las siguientes cuestiones: ¿Mejora el día a día? ¿Resulta útil cuando vienen invitados a casa? ¿Agiliza la tarea de hacer la comida? ¿Mejora el aspecto de la casa? Con esa filosofía pretenden hacer muebles cada vez más económicos, y esto no es sólo una frase promocional sino una realidad. IKEA ha bajado sus precios un 35% desde que en 1996 abriera su primera tienda en España (en Badalona), sin tener en cuenta el Índice de Precios al Consumo (IPC).
El éxito de este modelo de negocio es indiscutible. Un éxito centrado en la eficiencia y productividad y en estar presentes para todo tipo de consumidores en todo el mundo. Cuentan con establecimientos en 44 países, con más de 270 tiendas visitadas por 550 millones de personas al año, y la empresa sigue teniendo proyectos para abrir nuevos establecimiento por medio globo.
Rocío Regidor.http://numrl.com/49266

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